«Mi madre tiene Alzheimer». El impacto causado por esta sentencia puede ser mayor o menor según el conocimiento que tenga de la enfermedad, los recursos económicos, la red familiar y de amistades que contáis y el lugar de residencia por los recursos a los que puede acceder.

La manera de afrontar esta noticia por parte de la familia o el entorno más cercano es clave para dar una respuesta rápida aquellas necesidades que se van planteando día a día, tanto de la persona enferma como las de aquellas que tiene cuidado de ella.

La enfermedad de Alzheimer como otras enfermedades discapacitantes cursan de diferente manera en cada persona por lo que las necesidades son diferentes. No habiendo soluciones definitivas, la familia se enfrenta a una serie de tomas de decisiones que a la larga pueden incidir tanto en la calidad de vida de la persona enferma como en la vida diaria de la familia.

Así se presentarán un montón de dudas a la hora de organizar los cuidados como los usos del tiempo y además puede aparecer la idea de ingreso en Residencia que causa mucho estrés en las familias.

El asesoramiento de profesionales del sector son de gran ayuda en estos momentos tan difíciles para la familia, se realizan en procesos breves (por la necesidad de inmediatez de resolver las cuestiones prácticas) y acompañan a las personas implicadas en los cuidados en el obtención de una fotografía clara de la situación actual y real para definir un plan de cuidados ajustado tanto a la persona como a los miembros de la familia y en todo caso tomar decisiones honestas y coherentes.